Tener una instalación de placas solares es una solución cada vez más popular para ahorrar, gracias a las múltiples ventajas que ofrece. Además, las baterías solares se han convertido en compañeras inseparables de esta instalación.
Estos dispositivos permiten almacenar la energía que se produce durante el día para poder utilizarla en momentos en los que la producción solar no es suficiente, como en días lluviosos o cuando se pone el sol. Pero sabías que existen cuatro tipos principales de baterías solares. ¡Descubrámoslos!
Qué son y cómo funcionan las baterías solares
Las baterías para placas solares son dispositivos que almacenan la energía, que no se ha consumido de inmediato, generada por los paneles solares durante el día. Este almacenamiento ocurre cuando los paneles solares producen más energía de la que se necesita en ese momento. Esa energía puede o bien almacenarse o devolverse a la red eléctrica.
- Almacenarse: Proporciona la energía almacenada para cubrir el consumo eléctrico, asegurando que siempre haya una fuente de energía disponible.
- Devolverse: Permite que la energía excedente se devuelva como excedente a la red eléctrica, generando un retorno de inversión que se ve reflejado en un ahorro en la factura de la luz.
Tipos de baterías solares
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Baterías de Iones Litio
Son una de las más populares debido a su alta eficacia y larga vida útil. Estas baterías almacenan y liberan energía mediante el movimiento de iones de litio entre dos electrodos, uno positivo (cátodo) y otro negativo (ánodo). Cuando la batería se carga, los iones se mueven de uno a otro a través de un electrolito. Durante la descarga el proceso se invierte, liberando electricidad.
Son conocidas por su alta densidad de energía. Las baterías de iones de litio tienen un ciclo de vida amplio, lo que significa que pueden soportar muchos ciclos de carga y descarga antes de perder su capacidad de almacenamiento. Esto las hace ideales para aplicaciones solares donde la energía almacenada durante el día se usa por la noche. Además, requieren menos mantenimiento que otras baterías.
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Baterías de Plomo Ácido
Este tipo son una de las más antiguas utilizadas en los sistemas solares durante décadas. Estas baterías funcionan mediante una reacción química entre el plomo y el ácido sulfúrico en su interior, que produce electricidad. Este tipo de batería tienen una vida útil más corta y una eficiencia menor, lo que significa que no pueden almacenar tanta energía y requieren más mantenimiento. Además, son más voluminosas y pesadas, lo que puede ser un inconveniente en las instalaciones con espacio limitado.
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Baterías de Níquel-Cadmio
Conocidas por su robustez y capacidad para funcionar en condiciones extremas de temperatura. Funcionan mediante una reacción química entre el níquel y el cadmio en presencia de un electrolito de hidróxido de potasio. Estas baterías son altamente duraderas. Sin embargo, a pesar de su durabilidad, tienen algunas desventajas, como su menor eficiencia en comparación con las baterías de iones de litio y problemas ambientales debido al uso de cadmio.
Además, pueden experimentar un fenómeno conocido como “efecto memoria”, donde la capacidad de la batería disminuye si no se descarga completamente antes de ser recargada. Esto hace que su uso esté más restringido a aplicaciones industriales o donde las condiciones extremas son un factor decisivo.
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Baterías de Flujo
Son una tecnología más reciente y funcionan de manera diferente a las baterías convencionales. En lugar de almacenar energía en electrodos sólidos, estas baterías utilizan electrolitos líquidos que fluyen a través de celdas durante la carga y la descarga. Los electrolitos se almacenan en tanques separados y se bombean a través de una membrana para generar electricidad.
Una de las principales ventajas de las baterías de flujo es su capacidad para escalar en capacidad, simplemente aumentando el tamaño de los tanques de almacenamiento, lo que las hace ideales para aplicaciones de almacenamiento de energía a gran escala. Su complejidad y alto costo inicial las hacen menos comunes en aplicaciones residenciales, siendo más utilizadas en proyectos industriales o grandes instalaciones solares.
Elegir una Batería Solar
En conclusión, las baterías de iones de litio destacan como una de las opciones más populares y recomendadas para instalaciones solares, especialmente en entornos residenciales. Su alta eficiencia, larga vida útil y bajo mantenimiento las convierten en una solución ideal para aprovechar al máximo la energía solar, superando en rendimiento y conveniencia a otras tecnologías tradicionales como las de plomo-ácido o níquel-cadmio.
Aunque su costo inicial es más elevado, desde Lidera Energía contamos con planes de financiación para poder acceder a todas sus ventajas. Además, su durabilidad y capacidad de almacenamiento las posicionan como la mejor inversión a largo plazo para quienes buscan una fuente de energía confiable y eficiente en sus hogares.